Ink on paper
El proyecto nace desde el gesto automático: 120 dibujos en tinta sobre papel trazados sin planificación, como impulsos inmediatos de la intuición. En un segundo momento, estas piezas —aparentemente autónomas— son dispuestas y ordenadas como si formaran parte de un atlas fragmentario. Clasificadas, confrontadas, alineadas, comienzan a revelar patrones y afinidades. Es en ese reordenamiento donde emergen conexiones antes invisibles. Al agruparse, los dibujos dejan de ser islas y pasan a construir nuevas configuraciones: obras mayores que activan relatos posibles, tensiones compartidas, ecos urbanos. El caos inicial encuentra forma a través del encuentro. Lo fortuito se vuelve estructura. Y la ciudad —esa ciudad que habita detrás de cada trazo— aparece como un organismo vivo, hecho de fragmentos que al unirse descubren su sentido.